domingo, 13 de enero de 2008

"Antes de amanecer", de Richard Linklater

Ya tenía el título para este post. Y ahora que lo iba a poner me di cuenta de que nuestros post se titulan con la película y el director. En todo caso, pongo mi (engolado y umbraliano) título:

El ocaso de la juventud

Datos básicos, ya que no es una película de ahora. Richard Linklater, 1995, con Ethan Hawke y Julie Delpy. Tiene secuela, diez años después, que no he visto ("Antes de anochecer").

Otro dato básico: el DVD se ha rallado en la penúltima escena de la película, cuando están tumbados en el césped de noche, dudando si follar o no. No he visto el final. En el Séptimo Arte se van a enterar.

La historia es así: chica francesa conoce a chico americano en un tren. Ella va a París, él a Viena. Comienzan a hablar. Llegan a Viena, donde el chico coge un vuelo a EEUU al día siguiente. Él le pide que se baje y pasen juntos esa noche, deambulando por la ciudad. Ella accede.

La película es puro diálogo. Cine-teatro. Ellos, en diferentes localizaciones de Viena, hablando. A partir de esa peculiar situación, con los dos personajes fuera del tiempo y el espacio en el que deberían estar, saboreando las delicias del existir sin más, guapos y en compañía, Linklater les pone a divagar sobre lo humano y lo divino.

El guión está muy bien, el guión lo es todo. Y sus interpretaciones, claro: ella está fantástica (cómo mira, cómo habla, los movimientos, la voz, la intención), él es un auténtico muermo, que no sabe expresar dos emociones distintas.

Es la historia de dos jóvenes en el borde del trampolín de la vida, paladeando su condición de jóvenes, pero sabiendo que el juego ha terminado. Miran atrás y encuentran insatisfacción, miran adelante y sienten miedo. ¿Qué es la juventud?

Son dos niños, jugando. Y a través de ellos se vehiculan -esta palabra aprendí a utilizarla hoy leyendo el encuentro de Pedro J. Ramírez y ZP en In Mundo- las grandes cuestiones de la existencia: el amor, la soledad, la muerte, la vida... Demasiado coco para tanta pulsión, me parece.

La película es interesante, plantea muchas cuestiones y busca el fondo de las cosas, lo que no es poco. Se abre a la intimidad de los personajes. Ellos están bien conseguidos, sobre todo ella, que es la que aporta más riqueza al guión. Es ella la que da profundidad a la historia y la que da un sentido a esa "noche loca". En el sentido de que para ella está significando más que "una noche loca".

Yo, durante toda la película, deseaba en el fondo que uno cogiera el avión a América y la otra el tren a París. Y allí -ya fantaseando-, que Bergman hiciera dos películas: una sobre cada uno.

La cosa es que no sé que pasó al final. Necesito un spoiler.

2 comentarios:

wella dijo...

Pues pasa que, a los diez años se reencuentran. Y siguen teniendo las mismas dudas, las mismas preguntas, los mismos miedos. Y todo eso vehiculado –palabra que aprendí gracias a este blog– a través de unos diálogos reales e inquietantes. La palabra en estado puro.
Te recomiendo la continuación porque yo la vi sin ver la primera parte. Y, por cierto, que yo no tenía el dvd rallado pero tampoco supe a ciencia cierta cómo terminan estos personajes tan terriblemente humanos.

Jesús Miguel dijo...

Pues me quedo con ganas de ver la continuación. He leído que aparece Linklater y que, además, en el guión participan Ethan Hawke y Julie Delpy, lo que puede ser un experimento bastante interesante.

La veré.